Distinción
al Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos
En días pasados se puso en
circulación una nueva moneda de $20, conmemorativa del Centenario de la creación
del Ejército Mexicano, la acuñación y ajustes técnicos estuvieron a cargo de la
Casa de Moneda de México y el diseño le correspondió crearlo a la
Secretaria de la Defensa Nacional. Su acuñación fue de 4,956,000 piezas según cifras del Banco de México.
En el Anverso se observa el Escudo Nacional Mexicano con la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”, como es
común al resto de las monedas del actual cono monetario.
En el Reverso de la moneda,
al centro se observa de forma estilizada las leyendas “100 Años del Ejército Mexicano” (parte superior)
y “100 años de LEALTAD” (inferior), entre dos semicírculos entrelazados; un busto sin rostro portando un casco militar, orientado hacia el lado derecho con las fechas 1913- 2013 a ambos lados; en al
anillo perimetral la denominación con letra “VEINTE PESOS”, en los campos izquierdo
y derecho, la fecha “2013” y la Ceca “Mo” respectivamente, y en el
exérgo la denominación con números “$20”; la gráfila resulta ser un tanto
diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, siendo para esta pieza formas
semicirculares (orlas) inclinadas en forma continua hacia la derecha.
Sin duda el diseño es
sencillo y a muchos les ha dejado con la sensación de que pudo haber sido algo
más “representativo” de la institución a la que se alude, quizá algo más
“Bélico”.
Sin embargo, creo justo
apuntar que una de las características principales del Ejército Mexicano, y por
la que más se le respeta, es que siempre ha estado en contacto con la población
civil en momentos de suprema necesidad; las actividades de Labor Social y el Plan DN-III-E, son
sus principales frentes.
¿Quién no ha visto alguna
vez a los Soldados en su comunidad?
Cuando no están realizando
labores de reforestación, están restaurando una escuela, o dando alimentos en una
cocina comunitaria; se encuentran apoyando a la gente que ha sufrido y perdido
todo por causa de una inundación, un sismo, un incendio, Etc.
Es un Ejército
emanado del pueblo y para el pueblo.
Si bien es cierto que puede
haber malos elementos, (a los cuales las consecuencias de sus malas decisiones y
la historia les juzgarán) en mi opinión, éstos no son suficientes para
desestimar la reputación y valentía del resto (los cuales son mayoría), y la mayoría, creo también,
está representada por este diseño del Soldado sin rostro; indistintamente
hombre o mujer, de arma o de servicio, independientemente de su jerarquía, General o Soldado, han puesto SU ESFUERZO Y
CORAZÓN al servicio de la patria.
Cabe mencionar que el diseño
corresponde al emblema que celebra el Centenario de la creación de dicha
institución y que además de poder verlos acuñado en estas monedas, también
podemos verlo en los medios de comunicación.
En hora buena, ¡Una pieza más
para la colección!, que sin duda, a muchos les hará introducirse en la historia
del Ejército o en la Revolución Mexicana.
Les dejo, para leer, “LA PLEGARIA DEL SOLDADO”
¡¡¡SEMPER FIDELIS!!!
¡Soy soldado!
Porque en mi pecho se anidan,
el amor a la patria,
la veneración a sus héroes ,
y el respeto a la ley.
¡Soy soldado!
Porque la disciplina es mi
norma,
el valor mi gran anhelo,
el honor mi firme causa,
Y el deseo de servirle a mi país,
la meta de mi vida.
¡Soy soldado¡
Porque a mi cuerpo lo impulsan,
a voluntad de luchar,
el ansia de la victoria,
y una sed insaciable,
de saborear el triunfo,
y paladear la gloria.
¡Soy soldado!
Porque me siento orgulloso,
del uniforme que porto,
de las insignias que me honran,
y de la bandera que guardo.
¡Soy soldado¡
Porque me encuentro sujeto,
por lazos indisolubles,
de fraternal hermandad,
con todos mis camaradas.
¡Soy soldado!
Porque estando en el activo,
mi vida es de la nación,
mi familia es el ejército,
y mi hogar
es el cuartel.
Y aun cuando deje la tropa,
¡Seguiré siendo soldado!
Porque siempre que yo escuche,
la música inconfundible ,
y las vibrantes estrofas de
nuestro himno nacional,
o me encuentre de civil al frente
de la bandera,
recordaré mi saludo,
me descubriré en el acto,
y en la posición de firmes,
Se humedecerán mis ojos.
Y aun cuando deje la tropa
¡Seguiré siendo soldado!
Porque siempre que perciba el
batir de los tambores,
y el toque de las cornetas o el trinar de los
clarines,
con el rodar de las piezas y el trotar de los
caballos,
desearé salir tras ellos al
lugar donde marchan.
Y aun cuando deje la tropa
¡Seguiré siendo soldado!
Porque siempre que la patria
lo llegara a requerir,
estaría sin vacilar con las
armas en la mano,
junto con mis camaradas en la
línea de combate.
Y aun cuando deje la tropa
¡MORIRÉ SIENDO SOLDADO!
Porque ya en mi testamento he
dejado establecido,
que me lleven a la tumba con
mi uniforme de campaña,
y como regio sudario,
para el eterno descanso de mis
humildes despojos,
que utilicen los colores de la
gloriosa bandera,
que siempre encauso mi vida.”