domingo, 11 de noviembre de 2012

Mateo el Cambista.

¿Cómo se vería una colección de monedas en tiempos de Cristo?


¿Te imaginas a los cambistas y mercaderes llevando consigo una colección de monedas de todo el mundo conocido?
A propósito me viene a la mente uno de los cambistas mas famosos de todos los tiempos, me refiero al apóstol Mateo, citado en los Evangelios como Leví, quien era empleado de Zaqueo, el publicano y recaudador de impuestos para Roma. 

Mateo, antes de pasar a ser discípulo de Jesús, ¿andaría solo? por supuesto que no, al llevar todo ese dinero cobrado al pueblo judío, seguramente andaría bien escoltado y quizá hasta con aquellos personajes que aquí en la antigua Tenochtitlan se llamaban Tamemes, cada uno con su respectiva carga a cuestas.
La principal función de un cambista, en el caso exclusivo del templo de Jerusalén, era la de proporcionar a los oferentes y peregrinos la moneda local a cambio de la moneda de sus propias localidades, por cada varón la cantidad de medio ciclo de plata tal y como les era mandado por la Ley, pues de lo contrario no les era valido el impuesto.
¿Se interesarían los soberanos de los primeros siglos por las monedas que circulaban en sus dominios?, ¿Quiénes serian sus asesores en materia de variedades y tipos de monedas ¿Cómo le harían para conservarlas en buen estado?

No cabe duda que en tiempos modernos es mucho más fácil adquirir conocimientos de la materia,  y el que no sabe es por que no quiere.


sábado, 10 de noviembre de 2012

¿Numismática para qué?



Numismática

Cuando tienes un interés que mas que un hobby es una pasión por conocer y escudriñar todos y cada uno de los detalles que la conforman, se suele apresurarse a comprender todo, cómo funciona, qué incluye, qué significado tiene, etc. 

¡Claro!, me refiero a la numismática que es toda una ciencia auxiliar de la historia, todo un arte por la forma tan meticulosa con que forman cada detalle de las monedas, toda una locura, por que hay gente que incluso busca objetos con características especificas grabadas y acuñadas sobre un pedazo de metal, bueno, la numismática es todo eso y mucho mas.

En ella he conocido personas que son como lo es un padre (o madre, por que también hay mujeres, aunque desafortunadamente muy pocas) para sus hijos, pues te relatan historias fascinantes haciéndote viajar cual si fuera un cuento de hadas jamas producido por los grandes consorcios hollywoodescos, y todo solo hablándote de monedas.

Te hacen viajar en la imaginación y desear sentir en carne propia ese relato histórico que a muchos de ellos ni siquiera les tocó, pero que gracias al estudio profuso de los temas que dan vida a la numismática pudieron sentirlo primero que nosotros.

Que padre hubiera sido trabajar en la vieja Casa de Moneda de México, sentir el calor de los hornos cerca de tu cuerpo y mirar como poco a poco se funden los metales depositados en estos, escuchar el estruendo de las maquinas que hacen los cospeles, dispuestas todas en batería, dispuestas a cumplir su misión, oler el baño de jabón y ácidos que se les da a los cospeles, para finalmente ser troquelados, por otra batería de máquinas, a una velocidad que aunque ahora ya es lenta se antoja fabulosa. 

Después de aprender lo básico uno puede conformarse con intentar conseguir esos objetos que fueron creados en una Ceca, lo malo es que muchos de ellos se escapan al bolsillo para la mayoría, sin embargo con esfuerzo y disciplina uno puede avanzar en el largo camino de conocimiento que se ofrece depositado en un solo pedazo de metal.

Esta onza de plata de 1949 fue acuñada para demostrarle al mundo la calidad con que la Ceca mexicana trabajaba, hasta los periódicos hablaron de ella.

¿ya la tienes en tu colección?


viernes, 9 de noviembre de 2012

De la Numismática, al Oso.


La "noticia numismática” del día de hoy


Resulta que venía con una de mis pequeñas caminando por la calle después de ir por ella a la escuela, veníamos jugando a que éramos coches de carreras y en eso llegamos a una bajadita que no dudamos en aprovechar, corrimos haciendo ¡¡¡Wiiiiiii!!!- riendo muy contentos. 

Siempre tengo que mirar hacia abajo para no tropezarme con los piecitos de ella y partirnos la cara (los dos), y eso iba haciendo cuando de repente, al pasar hecho "la mocha"  junto a una coladera vieja, alcancé a ver el brillo de una pequeña silueta metálica de forma circular y por milésimas de segundo pensé:

-¡Naa!, ha de ser una corcholata de esas que los borrachines tiran a la calle cuando andan bien jarras porque aquí enfrente esta la tienda-, o tal vez -un espejito que se le cayó al camión de la basura cuando se estaciona para recibir y separar la basura de los vecinos y la mía claro, puesto que aquí hace parada...

Sin embargo, una pequeña porción del naciente coleccionísta numismático en mí lo pensó dos veces y me dijo:  

-¿Y si es una moneda que se le cayó a algún coleccionista que creía llevarla bien guardada y no se percató de la hora en que la extravió, al dirigirse a su casa-

Por otro lado, al mismo instante pensé:

-A lo mejor las lluvias de los últimos días que sacaron a flote las aguas negras de la colonia, botaron una moneda antigua que se encontraba perdida en el fondo de la alcantarilla esperando su momento conmigo... ¡No, no, no!- Me dije a mi mismo.

Apliqué el freno de emergencia, es decir mis pies, y fue tal el jalón  hacia atrás que hasta mi pequeña dijo: 

-¡¿Papi qué paso?!, ¿Por qué nos detenemos tan feo?

Sobra decir que no le respondí en ese instante, regresaba decidido al lugar donde vi aquella pieza y la tomé con los dedos por el canto, cual si fuera una maravillosa prueba recién salida de la prensa de acuñación y reanudamos la marcha, esta vez ya sin el ¡Wiii!, ansioso por ver de qué se trataba pues no alcanzaba a distinguir bien los detalles del campo y menos porque era como del tamaño de una cuartilla de plata, de esas de 1800.

Pues ahí tienen que llegamos a la casa, yo tremendamente contento y con la euforia a todo por mi nuevo "hallazgo" le dije a mi niña:

-Cámbiate el uniforme y saca tus cosas para hacer la tarea-

Mientras ella hacía lo propio, yo corrí hacia el cajón donde guardo mi lupa de 10 aumentos ¡para ver a detalle mi nueva adquisición!

¿Qué encontré?

Nunca lo imaginé... pensé cualquier otra cosa menos esto:






Un botón apachurrado...

No cabe duda que en cuanto uno se contagia por el "virus" numismático, se pueden ver monedas o medallas en lugares insospechados...

¿Te ha ocurrido algo parecido?