En mi experiencia he
conocido NUMISMÁTICOS y COLECCIONISTAS con distintas formas de ser y pensar, lo
cual es normal (sino imagínenlo); los hay desde los bondadosos y pacientes que
son capaces de transmitir sus conocimientos y experiencias aceptando siempre su
ignorancia acerca de un asunto “X”, hasta los catárticos a quienes con el solo
hecho de escuchar una pregunta inofensiva e ingenua son capaces de explotar en
cólera incontenida; en el intermedio también me he tropezado con aquellos que
son capaces de escuchar y responder, aunque siempre con gesto adusto e incómodo,
producido tal vez por preguntas repetitivas y tediosas, tales como: ¿Cuánto
vale mi moneda/billete/medalla? Etc.
Con tales experiencias y a modo de antecedentes, me
he propuesto hacer una comparación irónica y sátira de LOS SIETE PECADOS
CAPITALES contra los ánimos que comúnmente suelen estar a la vista, entre quienes
gustamos de las monedas, los billetes y demás objetos relacionados a la numismática.
Versa
por ahí un dicho que “La verdad no peca, ¡pero incomóda!”
Y así, sin argumentar más,
paso a pisar callos ¡¡Ejémm... perdón!! A desglosar el tema.
Según Wikipedia el término “Capital” (Caput, Capitis, "Cabeza", en
latín) no se refiere a la magnitud de un “pecado”; sino a que éste, da origen
a muchos otros “pecados”, así mismo apunta que no hay una definición precisa para el término
“pecado capital”, pues este ha sido adaptado a las circunstancias “morales” de
cada época; luego entonces, de forma irónica y sátira (enfatizo), me permito anotar
"Los Pecados Capitales” del Numismático y/o Coleccionista, denotaciones o emociones
que alguna vez tendremos, sino es que ya les hemos tenido.
SOBERBIA:
Quizás el más común;
puede manifestarse; 1.- En aquéllos que tienen los conocimientos extensivos en uno o
varios elementos numismáticos, llámense periodos, épocas, series, graduaciones,
tipos, aleaciones, variedades, manipulaciones, y un largo etc. y 2.- En los que no los tienen, pero que creen poseerlos
por haberlos escuchado y/o leído o aprendido mecánica y parcialmente en
algún tiempo o lugar de su vida; en ambos suelen verse ejemplos de narcicismo,
supra-carisma y desde luego falta de humildad para reconocer los errores
cometidos, justificándose a sí mismos, con cualquier disculpa pretenciosa por
demás tramada, rayando en la singularidad.
¿Había mencionado que sería
incomoda?
PEREZA:
Se manifiesta entre
quienes, gustosos por la materia, abandonan la tarea de hacer alguna aportación
póstuma buscando siempre un conocimiento fácil; pueden hacerse pasar por
ignorantes y/o incultos, no importándoles convertirse en “lame suelas” con el
fin de obtener información gratuita una y otra y otra vez; otro caso es cuando
inutiliza su participación en debates “calurosos” o simple y llanamente permanece
en el anonimato, expectante, a la caza de información útil solo para sus
propósitos.
ENVIDIA:
Junto a la gula, la
envidia se da por insaciabilidad; no pocas veces he escuchado a alguien que me
haya comentado acerca de una pieza u otra, al grado que por no tenerla dentro de su
haber numismático no ha podido dormir o ha estado pensando mucho en la
adquisición de ella, y que por tal motivo hará hasta lo imposible para tenerla;
o el clásico, “quien fuera ese Ca…nalla para tener esa pieza”; son capaces de urdir tretas ventajosas para obtener las piezas
deseadas e inclusive traicionar por igual principios y amigos.
IRA:
¿Quien no ha pasado por este
sentimiento? Puede darse al perder una pieza muy valiosa, no obtenerla al precio al que nos hubiese acomodado, o venirse abajo un trato interesante (cambio, compra, venta, etc.). También es posible verlas en aquéllos que están hartos de responder siempre las mismas preguntas, (¿Cuánto será bueno pagar por esta pieza?) suelen explotar y no responder más; también se ve en el novicio que al no encontrar satisfechos sus primeros pasos por la numismática, bota todo y a todos ¡al carajo!.
AVARICIA:
Se muestra
mayoritariamente en los compradores compulsivos, que por no querer pagar lo justo por una
pieza (J
según) quieren guardar dinero para otra
más, y aun son capaces de dejar de gastar en lo necesario con tal de abarcar más y más a la hora de
comprar y comprar; también puede notársele a aquel que a la hora de compartir los
conocimientos y experiencias adquiridas (por las buenas y/o a “palos”)
cualesquiera sean estas, sencillamente se niegan.
LUJURIA:
Relacionada siempre a los
placeres de la carne y el sentimiento de poder. Qué se puede decir del placer que siente
aquel que es poseedor de una pieza por demás "extraordinaria" ni hablar del poder que les da
el poder presumirla entre nosotros los “mortales”; por otro lado, no dudo que haya quien
exalte el uso de su “Sex Appeal” con el pretexto de ser dueño de una pieza
deseada, codiciada, o rara para los “terrenales”.
Si para la religión los
pecados capitales apartan al creyente de las obligaciones espirituales y la
eterna salud, para el numismático y/o el coleccionista pueden ser muestras de
una madurez humana retardada que progresivamente irá avanzando hacia su cenit.
Acá el detalle es, que a
pesar de los muchos malos ratos que podamos pasar durante el amplísimo camino que
comprende la numismática, la billetistica y sus afines, llegará el
día en que seremos unos ancianos venerables de gesto agradable, que
gustosos seremos capaces de transmitir un poco de nuestra “sabiduría”, eso si,
si nuestra experiencia nos permite comprender aunque sea un poco... la complejidad
humana.
¿O tu que piensas?
Las imagenes que inserté en este post, son de un programa de television muy conocido llamado "La ley y el orden", septima temporada, capitulo cuatro, del año de 1996; el capitulo se llama "Survivor". Trata sobre un delito cometido entre la comunidad numismática, ¿causado por algún pecado capital?
Por supuesto que recomiendo verlo!
¡Saludos y hasta la próxima!
http://www.brianrxm.com/comdir/cnsmovtv_laworder_survivor.htm
Por supuesto que recomiendo verlo!
¡Saludos y hasta la próxima!
http://www.brianrxm.com/comdir/cnsmovtv_laworder_survivor.htm