sábado, 20 de abril de 2013

LOS PECADOS CAPITALES DEL NUMISMÁTICO O COLECCIONISTA


En mi experiencia he conocido NUMISMÁTICOS y COLECCIONISTAS con distintas formas de ser y pensar, lo cual es normal (sino imagínenlo); los hay desde los bondadosos y pacientes que son capaces de transmitir sus conocimientos y experiencias aceptando siempre su ignorancia acerca de un asunto “X”, hasta los catárticos a quienes con el solo hecho de escuchar una pregunta inofensiva e ingenua son capaces de explotar en cólera incontenida; en el intermedio también me he tropezado con aquellos que son capaces de escuchar y responder, aunque siempre con gesto adusto e incómodo, producido tal vez por preguntas repetitivas y tediosas, tales como: ¿Cuánto vale mi moneda/billete/medalla? Etc.
 

Con tales experiencias y a modo de antecedentes, me he propuesto hacer una comparación irónica y sátira de LOS SIETE PECADOS CAPITALES contra los ánimos que comúnmente suelen estar a la vista, entre quienes gustamos de las monedas, los billetes y demás objetos relacionados a la numismática.

Versa por ahí un dicho que “La verdad no peca, ¡pero incomóda!”

Y así, sin argumentar más, paso a pisar callos ¡¡Ejémm... perdón!! A desglosar el tema.

Según Wikipedia el término “Capital” (Caput, Capitis, "Cabeza", en latín) no se refiere a la magnitud de un “pecado”; sino a que éste, da origen a muchos otros “pecados”, así mismo apunta que no hay una definición precisa para el término “pecado capital”, pues este ha sido adaptado a las circunstancias “morales” de cada época; luego entonces, de forma irónica y sátira (enfatizo), me permito anotar "Los Pecados Capitales” del Numismático y/o Coleccionista, denotaciones o emociones que alguna vez tendremos, sino es que ya les hemos tenido.

SOBERBIA:
Quizás el más común; puede manifestarse; 1.- En aquéllos que tienen los conocimientos extensivos en uno o varios elementos numismáticos, llámense periodos, épocas, series, graduaciones, tipos, aleaciones, variedades, manipulaciones, y un largo etc.  y 2.- En los que no los tienen, pero que creen poseerlos por haberlos escuchado y/o leído o aprendido mecánica y parcialmente en algún tiempo o lugar de su vida; en ambos suelen verse ejemplos de narcicismo, supra-carisma y desde luego falta de humildad para reconocer los errores cometidos, justificándose a sí mismos, con cualquier disculpa pretenciosa por demás tramada, rayando en la singularidad.  

¿Había mencionado que sería incomoda?

PEREZA:
Se manifiesta entre quienes, gustosos por la materia, abandonan la tarea de hacer alguna aportación póstuma buscando siempre un conocimiento fácil; pueden hacerse pasar por ignorantes y/o incultos, no importándoles convertirse en “lame suelas” con el fin de obtener información gratuita una y otra y otra vez; otro caso es cuando inutiliza su participación en debates “calurosos” o simple y llanamente permanece en el anonimato, expectante, a la caza de información útil solo para sus propósitos.

 GULA:
Se da en forma cognoscitiva y material. Es cognoscitiva cuando se busca conocer y saber más en forma desmedida, arruinando el cuerpo y la mente por el interés desordenado de ser “legítima fuente” de información que lleve algún día a complementar la investigación numismática; hay quien busca acaparar la atención para sobrealimentarse de conocimientos y experiencias; es material cuando se empeñan  en la acumulación, volviéndose poseedores de  piezas sin orden ni sentido,  cayendo en el irracional de querer tener "todo lo que se pueda", inclusive, viéndole cara de moneda o billete a cosas que no tienen nada que ver la afición

ENVIDIA:
Junto a la gula, la envidia se da por insaciabilidad; no pocas veces he escuchado a alguien que me haya comentado acerca de una pieza u otra, al grado que por no tenerla dentro de su haber numismático no ha podido dormir o ha estado pensando mucho en la adquisición de ella, y que por tal motivo hará hasta lo imposible para tenerla; o el clásico, “quien fuera ese Ca…nalla para tener esa pieza”;  son capaces de urdir  tretas ventajosas para obtener las piezas deseadas e inclusive traicionar por igual principios y amigos.

IRA:
¿Quien no ha pasado por este sentimiento?
Puede darse al perder una pieza muy valiosa, no obtenerla al precio al que nos hubiese acomodado, o venirse abajo un trato interesante (cambio, compra, venta, etc.). También es posible verlas en aquéllos que están hartos de responder siempre las mismas preguntas, (¿Cuánto será bueno pagar por esta pieza?) suelen explotar y no responder más; también se ve en el novicio que al no encontrar satisfechos sus primeros pasos por la numismática, bota todo y a todos ¡al carajo!.

 

AVARICIA:
Se muestra mayoritariamente en los compradores compulsivos, que por no querer pagar lo justo por una pieza (J según)  quieren guardar dinero para otra más, y aun son capaces de dejar de gastar en lo necesario con tal de abarcar más y más a la hora de comprar y comprar; también puede notársele a aquel que a la hora de compartir los conocimientos y experiencias adquiridas (por las buenas y/o a “palos”) cualesquiera sean estas, sencillamente se niegan. 

LUJURIA:
Relacionada siempre a los placeres de la carne y el sentimiento de poder. Qué se puede decir del placer que siente aquel que es poseedor de una pieza por demás "extraordinaria" ni hablar del poder que les da el poder presumirla entre nosotros los “mortales”; por otro lado, no dudo que haya quien exalte el uso de su “Sex Appeal” con el pretexto de ser dueño de una pieza deseada, codiciada, o rara para los “terrenales”.

Si para la religión los pecados capitales apartan al creyente de las obligaciones espirituales y la eterna salud, para el numismático y/o el coleccionista pueden ser muestras de una madurez humana retardada que progresivamente irá avanzando hacia su cenit.

 

Acá el detalle es, que a pesar de los muchos malos ratos que podamos pasar durante el amplísimo camino que comprende la numismática, la billetistica y sus afines, llegará el día en que seremos unos ancianos venerables de gesto agradable, que gustosos seremos capaces de transmitir un poco de nuestra “sabiduría”, eso si, si nuestra experiencia nos permite comprender aunque sea un poco... la complejidad humana.

¿O tu que piensas?

Las imagenes que inserté en este post, son de un programa de television muy conocido llamado "La ley y el orden",  septima temporada, capitulo cuatro, del año de 1996; el capitulo se llama "Survivor". Trata sobre un delito cometido entre la comunidad numismática, ¿causado por algún pecado capital?
Por supuesto que recomiendo verlo!



 ¡Saludos y hasta la próxima!




http://www.brianrxm.com/comdir/cnsmovtv_laworder_survivor.htm