...He ahí la cuestión
Compañeros de nuestra vida
cotidiana, expresión artística de nuestra civilización, seña particular de una época que dará testimonio en un futuro, “TILICHES” que yacen olvidados en el
fondo de algún cajón, un sótano
abandonado o incluso bajo tierra, si, me refiero a esos objetos que aparentemente no guardan más valor de lo que pareciera están hechos.
Muñecas de trapo, juguetes viejos, pisapapeles raros, sacacorchos extravagantes, vajillas de distintos tamaños, armas antiguas, bastones exóticos, botones, encendedores, relojes de bolsillo, pinturas o dibujos, soldaditos, llaves, botellas, timbres postales o fiscales, y un largo etcétera.
Si, a propósito he dejado de
nombrar una de las más emocionantes cosas que se pueden coleccionar, ¿adivinas?
Las monedas, ¡cómo no!
Las monedas, ¡cómo no!
El trueque es igual de antiguo
que el ser humano, los pueblos primitivos que lo practicaban intercambiaban
objetos sin necesidad de intermediarios llegando a requerir de ciertos artículos
como medida de cambio común. En el México
prehispánico se intercambiaban conchas, semillas, plumas, piedras, pieles, etc., con la conquista vinieron nuevas formas de vida y también la introducción de
moneda metálica, sin embargo no fue fácil, pues la moneda natural persistió y
aun convivió por mandato legal junto a la nueva forma de cambio introducida
por los españoles.
La pasión por la numismática
viene desde un pasado muy lejano, en muchas civilizaciones se ha escuchado de
coleccionistas de monedas, desde la misma Roma se buscaban ya piezas Griegas o
Etruscas con las cuales seguramente se formaron colecciones magnificas de piezas en
perfectas condiciones. Así, los grandes amantes de este arte se han dado a la tarea de
apreciar, por su belleza y estética, piezas con inmejorable valor artístico, ya
sea para deleite propio o para compartirlo con nuevas masas de adeptos dispuestos a contemplar y aprender acerca de la colección exquisita que se les
pone al frente.
Hoy día los nuevos coleccionistas
de monedas tienden a romper el silencio
que suele incomodar al recién contagiado preguntándose: ¿qué valor tiene esto
que tengo en mis manos? Por lo que ni tardos ni perezosos comienzan a indagar
en todos los medios a su alcance sobre el valor “numismático” de su preciada
posesión, convirtiendo gradualmente esa sed de saber, en un conocimiento
amplio de la materia, poco a poco se ponen en contacto con personalidades que
logran identificar como “expertos” volviéndose adeptos a estos, sin medir que pueden ser defraudados en breve.
¿Difícil empezar una colección?
En mi propia experiencia he de confesar que tan pronto se es “contagiado por el virus numismático”, se activa la fiereza necesaria para perder la cabeza, pero es mejor armarse de paciencia y cual instinto de cazador ver llegar poco a poco el
botín del conocimiento necesario para elegir lo que estaremos dispuestos a
coleccionar. Así al percatarnos que es bastante amplia nuestra empresa elegiremos una época, quizás la más “especial” para nosotros, también podemos empezar con piezas del propio país, que anden circulando todavía por
ahí o que hayan sido retiradas recientemente de circulación (desmonetizadas) y así hasta que algún día llegue a nosotros alguna pieza rara o muy importante
que pudiera definir, por fin, el objetivo de nuestra colección.
Aquí en México el amor y la pasión
por coleccionar monedas no es nueva, siempre han existido personajes que han
expresado su interés por esta actividad, sin embargo es la difusión del conocimiento numismático la que no se ha sabido encausar correctamente, en mi opinión, por lo que se da el
caso (muchos, la mayoría) de que alguien que tiene una pieza “antigua” pueda
llegar a considerar o creer que posee algo muy valioso, (lo cual no le quita
lo especial al momento) pero que por no
poseer la información correcta tenderá a confundirse y peor aún, a mal informar a
otros acerca de su hallazgo.
Con esto último quiero dejarte las siguientes reflexiones:
¿El que colecciona monedas es numismático? ¿Es necesario que el numismático sea coleccionista? ¿El que escribe bonito de monedas lo es? ¿y el que no escribe nada pero está en el medio?
¿Qué te hace numismático?